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1 de Diciembre, 2019

La increíble historia de las apuestas deportivas online

17:29 | Actualmente las apuestas gozan de una enorme popularidad entre los jugadores. Internet ha ayudado mucho a su popularización. Sin embargo, existen desde mucho antes de la era de los ordenadores y la red. ¿Cuál es la historia de las apuestas?

La historia de las apuestas es muy larga. Las primeras menciones a los juegos de azar aparecen en documentos relativos a tiempos antiguos. Entonces gozaba de una gran popularidad el juego de los dados. Por supuesto, unos dados diferentes a los conocidos actualmente, ya que su lugar lo desempeñaban astrágalos: huesos de cabras y ovejas domésticas. Se produjo una verdadera revolución con la aparición de las primeras ciudades.

La India jugó un papel importante en la historia de los juegos de azar, pues fue allí donde apareció el oficio de sabhika. Era una persona que resolvía los conflictos entre los jugadores apasionados por el juego de los dados, las damas o las peleas de gallos. Para los jugadores se trataba de una figura sagrada, con cuya decisión no era posible estar en desacuerdo. 

Tampoco estuvo libre de juegos de azar América Latina, donde dominaba el juego con una pelota hecha de caucho. En Mesoamérica ya se jugaba en el año 1500 a. C. y en el estado mexicano de Sinaloa se juega hasta hoy en día una variante del juego conocido en la antigüedad, aunque menos brutal.

Los romanos y los griegos no podían quejarse de falta de emociones relacionadas con los juegos de azar. Estos últimos se entregaban regularmente al juego de los dados. También seguían con pasión los juegos en Olimpia, Delfos, Corinto o Nemea, en los que las disciplinas más populares eran las competiciones de carros de guerra, las carreras, los lanzamientos de disco o de jabalina, la lucha, el boxeo y el salto de longitud. 

Los romanos eran unos jugadores aún más empedernidos. Llego a ocurrir incluso que el juego fue prohibido en Roma, aunque la prohibición demostró ser ineficaz, algo que se repite exactamente con la política actual de los países y regiones donde de aplican prohibiciones a los juegos de apuestas. Lo mismo pasaba en Roma, donde incluso los emperadores eran propensos a apostar. Aquí eran muy populares los deportes procedentes de Grecia, pero también los combates de gladiadores. Merece la pena observar que precisamente en Roma aparecieron los primeros especialistas y consejeros que ayudaban a los jugadores, algo que puede compararse con los analistas actuales que ofrecen pronósticos en foros y todo tipo de sitios de internet, tal cual pueden aparecer hoy si haces una apuesta al League of Legends

Se produjeron bastantes cambios después del año 1500, cuando las matemáticas empezaron a jugar un papel importante en el juego. Los jugadores empezaron a buscar formas de ganar durante el juego de los dados y en las loterías. Por aquel entonces también empezaron a interesarse en los cálculos de probabilidades.

Merece la pena prestar atención a otro evento importante que tuvo lugar entonces. En relación con los populares, aunque bastante caros, sorteos de lotería aparecieron los jugadores de juegos de azar profesionales. Con su ayuda los jugadores podían probar suerte con importes notablemente más pequeños. Así aparecieron las primeras casas de juegos. 

Es indudable que Gran Bretaña tuvo una enorme contribución en el desarrollo de los juegos de azar. Precisamente allí nacieron las casas de apuestas, que fueron las precursoras de las oficinas de apuestas. Estas aparecieron en las Islas en el siglo XVIII, algo que estuvo relacionado con las carreras y apuestas ilegales cada vez más numerosas en ese país. Los jugadores que apostaban a los caballos eran llamados «punters». Como curiosidad, merece la pena añadir que el desarrollo de los juegos azar y el gran boom de las apuestas ayudaron a perfeccionar la prensa escrita. Por supuesto, la información más leída eran las noticias con análisis los de especialistas – consejeros para las carreras de caballos.

Las primeras menciones de la realización de apuestas mutuas proceden de Londres, donde en el siglo XVIII las apuestas en las carreras de caballos eran aceptadas en la casa de subastas de Richard Tattersall. Allí también apareció el término «correduría de apuestas», que significaba la teneduría de libros de anotaciones comerciales. Posteriormente este nombre empezó a utilizarse para designar la realización de anotaciones y la confirmación de la aceptación de apuestas. El propio término «bookmaker», de «book» (apuesta) y «maker» (hacer), no era bien entendido en Inglaterra. Al menos hasta el momento en que Freed Swindel y Leviathan Davies publicaron la lista de apuestas en todo Londres.

El verdadero boom por las apuestas tuvo lugar algo más tarde, a comienzos del siglo XX, cuando empezaron a surgir puntos oficiales y legales que aceptaban apuestas deportivas. Se considera a John Moores como el padre de estos, quien abrió en el año 1922 en Liverpool la primera oficina de apuestas llamada «Littlewood Pools of Liverpool». Hoy, las apuestas deportivas son una opción que grandes empresas miran con interés. 

La oferta de las oficinas de apuestas fue creciendo poco a poco. Una gran parte la constituía el fútbol, que en Inglaterra ganó fuerza rápidamente desde que en 1888 comenzaron los primeros partidos de liga del mundo. Otras disciplinas de la oferta de las casas de apuestas eran a menudo los deportes que se desarrollaban en las colonias inglesas, por ejemplo, el críquet o las carreras de galgos en las Antípodas.

Un paso de gigante y una revolución en el mundo de las apuestas fue la difusión de internet, aunque la propia idea de realizar apuestas a través de la red ya surgió en los años 50 del siglo XX. Los primeros que tuvieron la idea de hacer posible a los jugadores apostar a través de internet fueron los estadounidenses, aunque la primera apuesta oficial online fue realizada en el año 1972 en Canadá.

El verdadero boom de las apuestas online llegó en los años 90 del siglo pasado, cuando el desarrollo de la tecnología permitió la popularización de internet y una parte cada vez mayor de la sociedad tenía un ordenador. En los años 90 se observó un aumento de la popularidad del juego en las casas de apuestas físicas. Rápidamente empezaron a aparecer nuevos puntos en distintos rincones del mundo. Las casas de apuestas desarrollaron tecnologías, mejoraron la oferta y la atención al cliente y también obtenían beneficios de récord. Entre los siglos XX y XXI nacieron, entre otras: Pinnacle Sports (1998), Bet365 (2001), William Hill (2001), Bwin (2001), Expekt (1999), 10Bet (2003), Interwetten (1997), Gamebookers (2000), Unibet (1998), Betsafe (2010), SportingBet (1998) o Betsson (2008).

Desde que es posible apostar online las empresas de apuestas han dado a los jugadores la posibilidad de jugar a cualquier hora del día y de la noche. Hoy es aún mejor y los jugadores pueden jugar a través de ordenadores y dispositivos móviles desde cualquier rincón del mundo. También crece rápidamente el número de casas de apuestas. Esto es una enorme ventaja desde el punto de vista del propio jugador. Las casas de apuestas más débiles desaparecieron del mercado o cayeron en desgracia a favor de las empresas con una reputación reconocida, que garantizan unas apuestas seguras.

Puede verse claramente lo larga y rica que es la historia de las apuestas. No existe la menor duda de que desde siempre las personas se han visto atraídas por los juegos de azar y estos han sido importantes en casi todas las sociedades. Si hablamos aquí en general de juegos de azar, porque este término proviene del árabe y era utilizado para referirse a los juegos de cartas. En inglés significa el riesgo en un juego en el que el resultado depende principalmente de la casualidad.

Mientras que en los juegos de azar el éxito depende de una gran dosis de suerte, en las apuestas requiere conocimientos, autodisciplina y una habilidad para un pensamiento analítico, aunque una pizca de suerte también viene bien. Sin embargo, las propias apuestas deben tratarse de forma similar al juego en la bolsa. Los inversores en la bolsa no cuentan con la suerte y algo similar debería ocurrir con los jugadores de apuestas.

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