El drama de un ex Chiquititas

Sebastián Francini, uno de los jóvenes que surgieron del semillero de Cris Morena y que llegó a protagonizar el éxito teatral El Principito, habló de lo duro que es crecer en el ambiente artístico y de cómo las puertas se pueden cerrar de un día para el otro. “Gané un Martín Fierro y terminé trabajando en la ferretería de mi familia en Villa Celina porque no tenía trabajo”.

Luego de participar de la tira infantil Chiquititas, por cuyo papel llegó a ganar un Martín Fierro en 1999, la carrera de Francini parecía no tener límites. Al musical sobre la calle Corrientes, se le sumaron diversas comedias musicales y hasta trabajó en cine con Guillermo Francella y Julián Weich. Pero todo cambió una década atrás.

"Desde los 17 años hasta los 21 mermó el trabajo y tuve una crisis. Yo empecé todo al revés. De chico tendría que haber estado formándome como artista y yendo al colegio. La escuela nunca la dejé, pero estuve muchos años laburando y estar dos años parado se siente. Lo único que sé hacer es actuar, escribir. Es con lo que más libre me siento", reconoció en diálogo con la revista Pronto.

El bajón no lo desmoronó. “Me dio orgullo poder seguir con el legado de mi familia. En esos momentos, quizás aparecía algún laburo de actor, pero no como para vivir de eso. Entiendo que mi profesión es así: tiene altibajos. Si yo hubiese tomado el trabajo en la ferretería como el fin de mi carrera, no sé cómo estaría ahora. Seguramente angustiado. Pero lo vi como una oportunidad. Viví lo que es estar arriba, como cuando trabajaba con Cris Morena, y abajo, cuando no conseguía laburo. Hoy por hoy, a fuerza de voluntad, logré dar vuelta la cosa".