Los Pumas, ya eliminados, se despiden del Mundial contra Estados Unidos

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Una nueva frustración

Argentina sufrió una nueva decepción en un Mundial y, en este caso, fue rápida y tempranera, ya que no pudo pasar la primera ronda, algo que no ocurría desde el Mundial de Australia que se disputó en el 2003.

Las aceptables actuaciones en el 2007, 2011 y 2015 (logrando muy buenas posiciones, como el tercer o cuarto puesto), parecen lejanas y hoy la realidad ya no es igual de alentadora que años atrás para el elenco albiceleste.

Así, la derrota en el debut contra Francia y la caída ante Inglaterra dejaron en evidencia las dificultades del combinado de Ledesma, que llegaba con ciertas expectativas pero nunca logró imponer su juego con claridad.

Ahora, Los Pumas se enfrentan contra Estados Unidos en la última fecha solamente para cumplir y todavía inmersos en un inevitable desencanto. Si bien todo hace presagiar un triunfo muy contundente de Argentina contra una de las selecciones más accesibles de la competición (los dirigidos por Gary Gold perdieron todos sus partidos, con un nivel bajísimo y exhibiendo limitaciones mayúsculas), el balance no es muy positivo para un equipo que fue a Japón con el sueño de consagrarse, hacer historia o, aunque sea, repetir los rendimientos de los Mundiales anteriores.

Probablemente, si el penal de Emiliano Boffelli en el final del partido contra Francia hubiera sido más efectivo todo habría sido diferente. Pero lo cierto es que ese encuentro finalizó en derrota y, al margen del triunfo (previsible y esperable) contra la débil Tonga, luego las ilusiones se desmoronaron con la derrota contundente frente a la dura Inglaterra de Eddie Jones. Después, el milagro utópico de pensar en dos derrotas de Francia para clasificar se esfumó instantáneamente y se dio la lógica con el triunfo de Les Bleus. Por lo tanto, solamente le queda a Argentina el consuelo de despedirse con una victoria, aunque sea un objetivo menor o poco estimulante.